Poiché tutti parliamo di quell’undici settembre, io voglio anche ricordarne un altro, quello del 1973, quello del golpe organizzato dagli Stati Uniti d’America per rovesciare il legittimo Presidente cileno Salvador Allende (“Non vedo perché dovremmo restare con le mani in mano a guardare mentre un Paese diventa comunista a causa dell'irresponsabilità del suo popolo. La questione è troppo importante perché gli elettori cileni possano essere lasciati a decidere da soli.” "I don't see why we need to stand by and watch a country go communist due to the irresponsibility of its own people. The issues are much too important for the Chilean voters to be left to decide for themselves." ).
Quel che Salvador Allende disse nel primo messaggio al congresso il 21 Maggio 1971 vorrei che non lo scordassimo:
Aquí estoy para incitarles a la hazaña de reconstruir la nación chilena tal cual la soñamos. Un Chile en que todos los niños empiecen su vida en igualdad de condiciones, por la atención médica que reciben, por la educación que se les suministra, por lo que comen. Un Chile en el que la capacidad creadora de cada hombre y de cada mujer encuentre cómo florecer, no en contra de los demás, sino en favor de una vida mejor para todos. (...)
El desafío era definir y desarrollar un nuevo modelo de Estado, de sociedad y de economía que permitiera satisfacer las aspiraciones y las necesidades del ser humano:
Caminamos hacia el socialismo no por amor académico a un cuerpo doctrinario. (...) Vamos al socialismo por el rechazo voluntario, a través del voto popular, del sistema capitalista y dependiente cuyo saldo es una sociedad crudamente desigualitaria estratificada en clases antagónicas, deformada por la injusticia social y degradada por el deterioro de las bases mismas de la solidaridad humana.(...)
Los que viven de su trabajo tienen hoy en sus manos la dirección política del Estado. Suprema responsabilidad. La construcción del nuevo régimen social encuentra en la base, en el pueblo, su actor y su juez. Al Estado corresponde orientar, organizar y dirigir, pero de ninguna manera reemplazar la voluntad de los trabajadores. Tanto en lo económico como en lo político los propios trabajadores deben detentar el poder de decidir. Conseguirlo será el triunfo de la revolución.
Por esta meta combate el pueblo. Con la legitimidad que da el respeto a los valores democráticos. Con la seguridad que da un programa. Con la fortaleza de ser mayoría. Con la pasión del revolucionario.
Venceremos.
Non lo traduco, anche chi non so la spagnolo può capire facilmente e il compagno Presidente Salvador Allende merita un piccolo sforzo.
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